miércoles, 27 de febrero de 2013

Soy mamá

Después de estar repitiendo durante 40 semanas nuestra Fecha Prevista de Parto como un mantra, después de marcarla en cada calendario que caía en mis manos y soñar cada noche con ella, el día pasó sin demasiado alboroto, y fue pasada la media noche cuando llegaron las contracciones rítmicas... Será hoy? Poco a poco se fueron haciendo más y más evidentes y a las 9 de la mañana, dilatada de 4 cm ingresaba en el hospital. Todo fue muy rápido, a las 13,00 h pasamos a paritorio y tras un duro expulsivo, a las 14,15 tenía a mi bebé sobre mi abdomen..
Desde entonces solo tengo ojos para ella.

sábado, 16 de febrero de 2013

Permiso para los abuelos por nacimiento de nietos

Alguna vez os he contado que mi madre es matrona, así que me gustaría contar con ella el día del parto para aguantar en casa el máximo tiempo posible con la tranquilidad de que todo va bien. Sin embargo, cuando ha ido a preguntar a su Departamento de Personal si le corresponde algún día por el nacimiento de su nieta, le han dicho que no. 

Me ha sorprendido muchísimo que los abuelos no tengan un permiso el día del parto, sobre todo si hablamos de los padres de la parturienta, así que me he puesto a investigar, y esto es lo que he encontrado (no soy experta en el tema, así que si lo veis necesario, ¡corregidme sin problema!): 
  • Los permisos por hospitalización de familiares,  fallecimiento, mudanzas,... se rigen por el convenio de la empresa. por eso, el primer paso será encontrar ese convenio (el del trabajo de los abuelos) para poder consultarlo.
  • Casi con seguridad en el convenio no estará reconocido el permiso por nacimiento de nietos.
  • Así que nuestra única posibilidad es que esté contemplado un permiso por hospitalización de parientes.
Permiso por hospitalización de parientes:
Generalmente se conceden 2 o 3 días por hospitalización de parientes de primer y segundo grado, pero no siempre esa hospitalización incluye el parto natural



En algunos convenios figura lo siguiente "X días naturales en casos de hospitalización, intervención quirúrgica o cuidados asistenciales especiales en el domicilio del enfermo para el caso de los parientes (...)." Si los abuelos tienen suerte y su Convenio laboral dice algo parecido a esto, bastará un justificante de ingreso de su hija o nuera en el hospital para que les sean reconocidos los días de permiso. 

Sin embargo otros convenios (¡como el de mi madre!) recogen este permiso: "X días naturales por enfermedad grave o accidente que requiera hospitalización del cónyuge o conviviente, o familiares de primer grado de consaguinidad". Así que en este caso, si no hay enfermedad grave o accidente... me parece que no tendremos suerte y los abuelos deberán fichar en su trabajo el día del parto.


Mi caso:

Me encuentro con que mi madre, la única de los 4 progenitores que puede ser de ayuda, no tiene derecho alguno, y 2 de los otros 3 sí que lo tienen. Increíble.
Aún en el caso de que no quisiera que mi madre participara en ese día, tampoco me parece tan difícil empatizar con esos abuelos cuya hija está pariendo y quizá necesite que alguien se ocupe de sus otros hijos, o que alguien la acompañe si no tiene pareja (o la pareja no puede), o con esos otros abuelos que están como un flan por el acontecimiento y tienen trabajos de mucha responsabilidad...

Nota: en el caso del convenio de mi madre no se contempla un día por nacimiento de nietos... pero mirad esto: "Las empresas concederán licencias retribuidas (...)  un día por razón de comunión o bautizo de hijos/as, hermanos/as y nietos/as". ¿No es alucinante? 

miércoles, 13 de febrero de 2013

Los jefes, sus problemas y conciliación

¿Sabéis esa situación en la que te cambian de jefe y tú sólo deseas "que tenga hijos"? Aquí va mi historia de mi jefe con familia numerosa:

Un día de hace muchos años mi chico y yo empezábamos a trabajar, estrenábamos casa y ciudad. Ese mismo día conocí a mi "ex-jefe". Al principio me intimidó un poco, pero poco a poco congeniamos, nos entendimos (laboralmente hablando), y unos meses después de aquel primer día, me propuso tomar unas cervezas después del trabajo.

Las cervezas se repetían mensualmente más o menos (y no a propuesta mía). Los primeros días de cañas solía pedir a mi chico que se acercara cuando pudiera, porque no me gustaba mucho aquello de que me dieran as 12 de la noche de un martes sola con mi jefe en un bar. Pero las 12 se convertían en la 1 o las 2 de la mañana, y mi ex-jefe es una persona agradable pero nosotros estábamos deseando llegar a casa después estar todo el día fuera, así que dejé de pedirle a mi marido que nos acompañara y dejaba que al menos él descansara tranquilamente.

Lo que sí se repetía diariamente eran jornadas laborales de hasta las 21.00-22.00 h (y subiendo). Algunos días, para llegar a Mercadona a hacer la compra, pedía permiso para salir antes. Quiero explicar que no es que nos obligara a estar, sino que él se quedaba, la persona intermedia entre él y yo también, el trabajo verdaderamente no acababa nunca y yo tenía un problema para decir adiós.

Mi marido, además de compañero de vida es mi mejor amigo, es la persona con la que más me río, con la que más me entretengo y la que más me consuela.No hay trabajo en el mundo que haga que "no me importe" no verle al menos para cenar.

Mi ex-jefe está casado y tiene tres hijos. En aquel momento, la pequeña tenía un año y poquito, y él hablaba maravillas de sus polluelos y enseñaba orgulloso sus fotos y las de su mujer. Yo no entendía nada: si eres el jefe, ¿por qué no cierras el chiringuito a las 20.00h como muy tarde y te vas con tu familia? ¿Por qué en lugar de irte a casa te quedas de cañas?

El tiempo pasó y yo ascendí, y en lugar de ser su sub-subordinada, pasé a depender directamente de él. Un día a la semana o cada dos, él venía a mi lugar de trabajo para reunirnos, explicarle avances, comentarle problemas,... Ese día para mí era imposible volver  a casa a cenar (ni siquiera llegaba a decir buenas noches a mi chico). Pero lo peor de todo, es que yo me había acostumbrado a aquel ritmo frenético, y en lugar de ver la huida que hacía mi ex-jefe de su familia, pensaba que "así se hacían las cosas" (él trabaja bien, muy bien).


Entonces cumplí 26 años, y me sentí peligrosamente cerca los 30. Me picó el gusanillo del instinto maternal, no como proyecto inmediato, sino como una meta hacia la que tenía que empezar a caminar. En ese camino había mucho por hacer, y entre otras cosas pensé que tenía que encontrar otro trabajo, costara lo que costara.

Mucho ha llovido desde entonces, yo me preparé para otro trabajo, y aquí estoy, y él ha seguido en la misma empresa en la que nos conocimos. Nos queremos mucho, desde entonces hemos compartido cañas, comidas, cenas, bodas,...

A él le sigue gustando quedar a tomar cañas que se eternizan, y yo soy más de ir al gimnasio o hacer la cena después del trabajo. A él no le importa quedar a comer, y yo lo hago como excepción porque lo que me gusta es comer en casa si tengo tiempo. Él quiere que pasemos fines de semana juntos en familia (su familia, mi marido y yo), y nosotros... nosotros sentimos que en ese plan no encajamos con ellos (¡y mira que nos gusta con el resto de amigos!) y siempre estamos poniendo excusas porque valoramos mucho nuestro tiempo compartido y antes de aceptar planes de "fin de semana completo" reflexionamos si merece la pena ( y suele merecerla, pero no con ellos).

Hoy he estado con él y ha cambiado de trabajo. No está contento porque su jefe no delega y no le da trabajo. He vivido en mis propias carnes esa situación y aunque suena a "chollo", te mina la autoestima y le quita el sentido al madrugón de cada mañana. Pero sé todo lo que se ha perdido de su familia, así que no he podido evitar recomendarle que trate de irse pronto a casa, de llegar a tiempo para ayudar con deberes, cenas y duchas, para hacer a compra o ver la tele en familia, para descargar a su mujer, para hablar,... Y sin esperármelo, me ha dicho que si llega a casa a las 19,00h no sabe qué hacer, no pinta nada en su casa.

Y joder, me he acordado de la de horas que yo me he perdido de vida porque a él no le da la gana arreglar sus problemas domésticos y prefiere mirar hacia otro lado. He revivido cómo decidí apostarlo todo para cambiar de trabajo porque creía que ese trabajo "era así". Y ahora no sé cómo no lo he visto antes, pero juro que, aunque algo sospechaba,  no era evidente.

Y mira que le quiero, pero me arden las entrañas por la de familias heridas que deja cada historia personal "enfermiza" de un jefe.

sábado, 9 de febrero de 2013

¿Quién pide reducción de jornada?

He empezado a colaborar en elembarazo.net y así empieza mi primer artículo. Aunque es algo polémico, es lo que siento. ¡Espero que os guste!:

Tanto mi pareja como yo tenemos carreras superiores. Los dos hemos estudiado hasta dejarnos las pestañas, hemos peleado por llegar a nuestros respectivos trabajos, ambos tenemos horarios similares… y los dos estamos esperando una hija. Leer más...


viernes, 8 de febrero de 2013

Miedo a las ayudas familiares tras el parto

Acabo de colgar el teléfono. Era mi suegra, que está como loca porque nazca su nieta. De hecho lleva estando como loca porque nazca "ya" desde la semana 34,  por mucho que yo le explique que antes de la 37 sería prematura, me manda callar diciendo "¡con ocho meses todos los bebés sobreviven!". Y como yo busco las cien vueltas a la pobre mujer, siempre tengo la sensación de que quiere "desembarazarme" lo antes posible, y no me siento a gusto con tanta obsesión.

Pero durante nuestra conversación, me ha contado mi suegra que para evitar la depresión postparto es importante contar con ayuda. Además ella es una experta, pues la vivió en sus propias carnes. Aunque estoy completamente de acuerdo en que para sobrellevar los cambios la ayuda y el apoyo son estupendos, me hace temblar imaginarme en mi casa a mi madre o a mi suegra, por turnos. Mi madre, por su trabajo diario con embarazadas y mamás recientes, es consciente de que muchas veces los familiares dirigen la ayuda a quedarse con el bebé mientras la nueva mamá cocinas limpia/ baja a la compra/ pasea al perro. No se dan cuenta de que la verdadera ayuda es facilitar a mamá y bebé pasar más tiempo juntos y sean ellos los que cocinen/ limpien/ hagan la compra o paseen al perro. Sólo espero que mi suegra también recuerde esto, y no sé si empezamos bien porque las posibles ayudas que me ha ofrecido han sido cocinar, planchar, poner lavadoras... y quedarse con la niña mientras vamos al cine.

También es cierto que otras mamás me han asegurado que la ayuda es más que necesaria y que, pese a las buenas intenciones, la implicación de otras personas en la vida familiar sigue más o menos igual que en el embarazo:
  • Si durante el embarazo has tenido a determinadas personas tan pendientes que han llegado a resultar pesadas, lo más probable es que esto siga igual tras dar a luz. 
  • Si alguien te ha ayudado en lo que más necesitabas (y no en lo que más ilusión le hacía), por ejemplo lavando la ropa del bebé y planchándola, o bajando al perro los días que has llegado más tarde del trabajo, como es mi caso, probablemente sigas contando con su ayuda desinteresada.
  • Si alguien parecía muy ilusionado pero su implicación ha sido "flojita", no tengas miedo porque de repente no va a sufrir una metamorfosis y seguirá en segundo plano.
Si esto es así, no tengo nada que temer: algunas de mis tías han estado un poquito más pesadas de lo normal, pero tampoco ha pasado de cuatro o cinco tardes durante los nueve meses; mi madre ha estado para lo que verdaderamente he necesitado (lavados y planchados, mudanza,...) y mi suegra no ha hecho un gran acto de presencia.

Y en cualquier caso, no quiero ser negativa antes de tiempo. Prefiero pensar en lo afortunada que soy porque cuento con las dos abuelas y lo deseadísima que es mi niña, no sólo por sus padres, sino por toda la familia.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Desmontando un test de embarazo ClearBlue II: Uno positivo y otro negativo

Una de las entradas que más éxito tienen de mi blog es esta en la que enseñaba esta foto de mi test de embarazo ClearBlue negativo desmontado (puedes leerla entera aquí):

TEST EMBARAZO DESMONTADO NEGATIVO CLEARBLUE

¿Por qué lo desmonté? Porque me encontré con un negativo y no me lo creía. Así que lo abrí esperando encontrar alguna señal de que ese negativo era falso, pero que el test "digital" aún no detectaba mi embarazo.  Algo así como una rayita muy poco marcada.

Al final supe que el test tenía razón y NO ESTABA EMBARAZADA :(

Pero así como internet está llena de fotos de test de embarazo ClearBlue desmontados, es casi imposible encontrar un test desmontado positivo. Así que aquí va el mío, embarazada de... ¡37 semanas!:



Resultado: el mismo número de rayas (1 y 2), si bien en el negativo solo se marca una "fuerte", y en el positivo se marcan "fuertes" las 3.

Conclusión: que no tengo ni idea de cómo detectan el positivo estos tests de embarazo, pero no parece que sea igual que en los clásicos tests de embarazo de tiras. Así que antes de volverte loca... NO LO DESMONTES! ;)


lunes, 4 de febrero de 2013

"Bajón" al final del embarazo

Hace dos o tres días recibí un correo electrónico de Mamá Ciruela (¡gracias por acordarte de mí!) que me hizo preguntarme ¿qué tal estoy?

Durante el primer trimestre de embarazo no noté grandes cambios ni en mi humor ni en mi ánimo, pero a partir del segundo trimestre del embarazo sentía como si flotara, feliz y llena de energía y de vitalidad (y cuando estaba cansada, ¡a descansar!).

Si a estas (casi) 40 semanas le sumas que no hemos vivido ningún susto, incluso la búsqueda fue intensa pero rápida, puedo decir que he tenido un embarazo "de cine". Sin embargo, en la recta final (sobre la semana 35-36) me derrumbé (os lo contaba aquí), y ahora, a dos semanitas de salir de cuentas estoy recomponiéndome y me encuentro bastante mejor (o más estable),  gracias a que he conseguido entenderme y darme tregua.

Mi tercer trimestre
Hasta el ecuador del tercer trimestre (35 semanas aproximadamente), dormía del tirón por la noche, sí que tenía alguna molestia pero me encontraba feliz por la llegada "no inmediata" de mi bebé y me sentía guapa (o atractiva, o radiante, no sé),... Y eso me hacía encontrarme bien incluso por las mañanas, camino del trabajo y con la legaña pegá. Me recuerdo subiendo escaleras en el metro protegiendo mi barriguita, feliz y ligera.

Sin embargo, durante el último mes de embarazo han aparecido los dolores de espalda (suaves, no quiero exagerar), noches en las que me cuesta conciliar el sueño, los ardores de estómago, el abrir el ojo a las 4,30 de la mañana, cansancio, muchísimo cansancio, algo de agobio con la preparación de la casa,...
Además la llegada de mi bebé ya es inmediata y me siento en deuda con ella y conmigo misma por no sacar tiempo para pasear, para el masaje perineal, para dedicarme a sus cosas... En fin, noto que estoy descuidando los cuidados 3 en 1 de los que nos hablaba Mamá sin Complejos.

Esto repercute en que a ratos me pongo refunfuñona, triste y me pesa mucho el trabajo, hasta cogerle algo de manía. He llegado a buscar en google "depresión pre-parto", pero no he encontrado nada que cuadre con lo que yo siento. Además, el hecho de verme tan hinchada tampoco me ayuda a encontrarme mejor conmigo misma, y noto que a mi estado de ánimo hay que llevarlo en brazos para mantenerlo arriba.

Por primera vez en mi vida, siento que necesito parar de trabajar. Quiero centrarme en la llegada de nuestra hija y en mí. Quiero recibirla como merece. Quiero una madre vital para ella (joder, 30 años siéndolo y ahora me caigo), así que con algo de sentimiento de culpa y unos cuantos nervios, me voy al médico de cabecera a suplicar mi baja laboral en la semana 38, y espero que no me proponga cogerme el permiso de maternidad...