jueves, 12 de febrero de 2015

La culpa de las madres que trabajamos fuera de casa

Seguro que alguna vez has sentido dolor en el corazón por dejar a tu hijo al cuidado de otra persona mientras trabajars. Ese dolor (que yo siento día tras día) me hace preguntarme si son incompatibles trabajo y maternidad

Maternidad entendida amimanera, obviamente.

Hoy me encontré con un texto de Laura Gutman titulado "El hecho materno y el trabajo" que me vino como anillo al dedo, me ha dado un pequeño respiro en esa culpademadre por no hacer las cosas como una cree.

¿Te da pereza leerlo? Te hago un resumen rápido a ver si a ti también te remueve y, ¿por qué no? te alivia:

El artículo reflexiona sobre lo verdaderamente importante en la crianza de nuestros hijos: dedicarnos a nuestras crías sin carencias afectivas, bien llenitas emocionalmente para poder nutrir su alma además de sus estómagos.
Dice Laura "el problema no es el trabajoEl problema es la vuelta a casa."
Cuando llega el momento de dedicarnos a nuestros hijos (sea el día entero o sea por la tarde, a la vuelta del trabajo), tenemos que estar dispuestas a nutrir a otro. Si no contamos con un buen soporte emocional, cuando estemos al cuidado de nuestras crías "Los mensajes de texto recibidos cobrarán prioridad, al igual que las compras en el supermercado, la depilación postergada, el encuentro con una amiga o el trabajo atrasado de la oficina, que crecerán al punto de inundar con su aparente urgencia los rincones de nuestra discapacidad emocional."


Si entendemos que el trabajo es un lugar de "cargar pilas", donde desarrollamos un actividad visible y reconocida socialmente (aunque no siempre por nuestro superior), maternidad y trabajo sí son compatibles.

No sé a ti, pero a mí me cuesta reconocerme en la frase que dice "el trabajo suele ser un lugar de nutrición y bienestar para nosotras". 

¿Cómo va a ser un lugar de bienestar ese sitio al que voy solo porque me pagan? 

Hay que ir más allá y si bien el bienestar no es inmediato, es cierto que las mujeres trabajadoras tenemos reconocimiento social por ser productivasse alaban nuestros madrugones, nuestra capacidad de aportar un sueldo,  incluso la sociedad nos paga 100 € para la guardería ¡qué no merecen otras familias! (como si una madre desempleada no necesitara unas horas para buscar trabajo). 

Ese reconocimiento se esfuma cuando hablamos de nuestras tareas maternales. Las madres trabajadoras sentimos más reconocimiento como trabajadoras (aunque no sea en el propio trabajo ni el reconocimiento venga del jefe) que como madres.

Para mí este artículo ha sido clarificador: mi trabajo y mi maternidad son compatibles en la medida en que el trabajo me nutra y me llene del contacto adulto que necesito para dedicarme a mi hija.

Me encantaría saber cómo vives tú la maternidad y el trabajo, ¿me lo cuentas?

lunes, 9 de febrero de 2015

¿Hay alguien ahí?



Estoy de vuelta con menos ideas para escribir sobre productos de puericultura, 
...y más sobre lo difícil de conciliar maternidad y trabajo.
Con menos ganas de mirar las estadísticas,
...y más de soltar pensamientos.
Con menos compromiso de publicar puntualmente,
...y más de sentir cada palabra.

Vuelvo a empezar.