miércoles, 10 de julio de 2013

Pérdidas de orina en el postparto

A través de Yoga para mamá he podido ver el vídeo de "Reebok Crossfit games" en el que se normalizan las pérdidas de orina en las deportistas a las que vemos limpiando el pis que se les ha escapado tras hacer un esfuerzo importante.


Aunque puede entenderse que Reebok normaliza la incontinencia urinaria de las deportistas en un intento de mantener a las atletas despreocupadas y entrenando, también nos hace un favor a todas las mujeres poniendo sobre la mesa esta patología "tabú" que en España afecta entorno al 15-20% de las mujeres.

El vídeo me ha recordado a todas esas personas (casi todas mujeres) que me recomiendan apuntarme a un gimnasio o hacer abdominales para fortalecer la tripa, obviando que la zona que más ha sufrido durante la gestación y el parto es el periné y que le hacemos un flaco favor practicando aerobic o haciendo abdominales tradicionales, al menos sin control. Quizá ellas viven estos escapes con resignación ¡o incluso con humor, como en el vídeo!

Pero digan lo que digan nuestras madres (hija, los partos se notan), nuestras abuelas (los años, cielo, los años) o lo que callan nuestras amigas (curiosamente ahí el tema ni se toca), las pérdidas de orina no son normales ni durante el ejercicio, ni tras cumplir los 65 años, ni tras haber tenido hijos. 

Soy muy sensible con este tema porque lo he vivido, aunque afortunadamente sólo durante unos días. Cuando llegué a casa tras dar a luz a mi hija y estando inmersa en el revuelo hormonal del postparto fui a lavar a mi hija y al doblarme se me escapó todo el pis que tenía en la vejigaDurante las primeras semanas mi vida estuvo bastante limitada por este aspecto hasta el punto de no poder coger a mi hija y agacharme a recoger algo del suelo sin que notara el chorro de orina escapándose, me hacía pis al estornudar o al reír, por las noches me levantaba varias veces al baño,... Tuve la "suerte" de estar manchando durante 6 semanas, lo que me obligaba a llevar permanentemente una compresa postparto que me hacía el favor de recoger estos escapes, ¡no sé cómo me hubiera sentido en caso de tener que comprar compresas para pérdidas a lo Concha Velasco! Muchas veces me planteaba que cada pérdida de orina me hacía rozar la depresión postparto, era sorprendente lo que me afectaba el tema.

Tuve la suerte de encontrar a María Dolores Teruel y apuntarme a uno de sus talleres de cuidados del suelo pélvico y gimnasia abdominal hipopresiva en el que varias mamás aprendimos a trabajar el periné con ejercicios más completos que los archiconocidos Kegel (dentro de los que destacan los hipopresivos) y poco a poco fui ganando tono muscularLo ideal sería encontrar unos minutos cada día para practicar y aunque no he sido muy constante (excepto durante las semanas que duró el taller) he notado muchísimos avances, además de fortalecer la barriga fofilla postparto sin lesiones. 
      
Aunque la incontinencia urinaria afecta a muchísimas mujeres son pocas las que recurren a un experto, ¿sabías que no es algo con lo que debamos vivir? La incontinencia siempre tiene arreglo y sólo en pocos casos es necesario recurrir a cirugía.
 

martes, 9 de julio de 2013

Viajar en avión con un bebé

El terror que inspira volar con un bebé es completamente infundado. Cuando nos planteamos viajar a EEUU con nuestra hija de apenas 14 semanas no nos podíamos imaginar que sería más sencillo volar a 5.000 km de distancia con un bebé que llegar en coche a un centro comercial a las afueras de la ciudad. Eso sí, hay que tener unas cuantas cosas organizadas.

Documentación:
Para comprar el billete de nuestra hija necesitábamos su número de pasaporte (si viajas por Europa bastará con el DNI). Para ello hay que solicitar el certificado de empadronamiento y el certificado de nacimiento literal. También es necesario aportar una fotografía tipo carné en la que se le vea con los ojitos abiertos (¡esto es lo que más nos costó conseguir!). Con esos documentos nos hicieron tanto el pasaporte como el DNI en el acto, tras pedir cita previa.

Asiento:
Los bebés de menos de 2 años pueden viajar en el regazo de un adulto aunque no por ello te ahorras completamente el precio del viaje, suele costar entorno a un 10% de la tarifa completa. También pueden tener su propio asiento en el que colocaremos la silla de seguridad del coche (maxi cosi).
Si el viaje es largo (como a EEUU) y el bebé viaja en brazos es importante que hagas el check-in con antelación para poder conseguir un asiento de primera fila, de esos que delante tienen pared y no otro asiento, porque de esa pared se puede colgar una cuna.

Equipaje:
Es fundamental ir poco cargados (puedes consultar algunas ideas para viajar con bebés sin demasiados trastos). Nunca he volado con cochecito, lo dejo en casa para evitar golpes y disgustos  (a una amiga mía la rompieron el Bugaboo). Generalmente vamos al aeropuerto desde nuestra casa en transporte público y movernos sin cochecito nos facilita muchísimo la vida. En nuestro destino alquilamos una sillita de paseo (y una hamaca o lo que creamos que nos va a hacer falta) que nos espera en el aeropuerto o directamente en el alojamiento.

Portabebés y cochecitos:
Mi experiencia de viajar con nuestra bebé en su mochila y alquilar la sillita de paseo en el destino es estupenda, pero si decides llevar tu propio cochecito no hay problema: se permite llevar un cochecito o sillita de paseo totalmente plegable para niño sin coste adicional. 
Aún así, si tienes un portabebés no lo dejes en casa porque puede ser útil para cargar con el bebé cuando guarden la sillita o si tu hijo no se calma en el avión (todos conocemos el efecto casi narcótico que tiene el porteo para nuestros hijos). 
Si viajas sola con tu hijo, el portabebés pasa de ser recomendable a absolutamente necesario (entre otras cosas para poder ir al baño sin dejarlo solo). 

Oídos:
Todos tenemos miedo de que el oído del bebé sufra a causa de la variación de la presión. Los cambios de presión en el avión son tan limitados que el niño es perfectamente capaz de compensarlos, aunque todos hemos tenido dolor o molestias alguna vez en el aterrizaje o despegue. 
Para evitarlo, al aterrizar o despegar (o siempre que nosotros notemos molestias) hay que hacer que los bebés succionen con el chupete, poniéndolos al pecho, dándoles un biberón o incluso metiéndoles el dedo en la boca. También podemos hacerles comer o chupar algo que les guste (un gajo de naranja, por ejemplo).
Mi bebé toma pecho exclusivamente y no conoce el chupete. Intento que no mame desde que llega al aeropuerto (no siempre lo he conseguido porque ¡no vamos a dejarla llorar a estas alturas!) y nada más subirnos la pongo al pecho. Alguna vez ha sido imposible hacerla mamar y lo intentamos arreglar con el dedito. Otras veces no ha querido tampoco el dedo y no ha pasado nada.

Equipaje de mano:
No podemos olvidar meter unos cuantos pañales y toallitas para cambiarles. Merece la pena cambiar el pañal antes de subir al avión porque en los baños del aeropuerto suele haber cambiadores amplios y cómodos. Una vez en el avión lo más sencillo será cambiarles en nuestro asiento (sí, haciendo malabares) porque los baños de los aviones son pequeños e incómodos. 
En cuanto a la comida y bebida del bebé se permite volar con líquidos que deban ser utilizados durante el viaje bien por necesidades médicas o por necesidad de dietas especiales, incluyendo la comida de los niños (puedes comprobarlo aquí). Según la compañía puede ser que se permita llevar un bolso adicional al equipaje de mano para llevar las cosas del bebé (Iberia lo permite, Ryanair no).
Como mamá lactante, no puedo dejar de recordar que si tú también das el pecho no olvides comprar antes de subir al avión una botella de agua. La hidratación es fundamental y la sed puede amargarte el viaje. Llevar la bebida desde casa no es una opción debido a las restricciones sobre volar con líquidos en el equipaje de mano.

Nuestra experiencia es tan positiva que cuando cumplió 18 semanas volví a animarme a subir a un avión con mi hija, aunque esta vez sola con ella y a un destino mucho más próximo. 

Y a ti, ¿te intimidan los viajes en avión con tu bebé?