miércoles, 24 de octubre de 2012

Embarazo y vacuna de la gripe

Ayer me vacuné de la gripe por recomendación de mi matrona y sin pensármelo demasiado. No soy muy partidaria de tomar o introducir nada en mi cuerpo con un bebé formándose en mi interior, pero me insistió en que "es más probable que la gripe dé lugar a complicaciones graves en embarazadas que en mujeres que no estén embarazadas", y que en ese caso sí que tendría que tomar medicación, además de suponer un verdadero riesgo para el bebé.


Me imagino que será una situación frecuente en los tiempos que corren...
HECHOS:

  • Tampoco deben vacunarse los bebés de menos de 6 meses (¿y mi feto de 21 semanas de vida sí?)


Sin embargo no me quedé muy tranquila, y hoy estoy estudiándome toda la documentación que hay sobre embarazo y vacuna de la "influenza estacional" (he descubierto que este es su nombre) en Google. 


Tengo la suerte de que en mi trabajo nos vacunan a todos los que lo soliciten, y además el gabinete médico está justo enfrente de la cafetería. Así que, sin pensármelo mucho, allá que me fui en cuanto terminé de desayunar.



Dicen que, pese a estar recomendado por los especialistas, el porcentaje de embarazadas que se vacuna cada año es bajo. 

Yo ya estoy vacunada, entre otros motivos porque igual que todo el mundo opina del sector en el que trabajo con bastante desconocimiento, me imagino que lo mismo ocurrirá con los temas sanitarios, y seré más ignorante de lo que creo.

¿Tenéis pensado vacunaros?


martes, 16 de octubre de 2012

20 semanas de embarazo

Parece mentira, pero 20 semanas son la mitad del embarazo, y ya han pasado.Estas 20 semanas, casi todas llenas de días veraniegos, me han hecho tomar mayor conciencia de lo que significa "estar embarazada" y de lo que puede llegar a implicar "ser madre".

Antes de estar embarazada, pensaba que tomar conciencia de la maternidad era cuestión de días desde que viera el positivo del test de embarazo. Quizá tenía esta sensación por una desagradable experiencia que tuve con un "falso positivo" en un test de embarazo, como podéis leer aquí y me quedé hecha polvo, mucho más jodida de lo que pudiera imaginarme.  Es cierto que una vez ves tu positivo, algo cambia dentro de ti. Sin embargo, la sensación de maternidad de esas primeras semanas no se parece en nada a lo que siento ahora, y puedo imaginarme que estoy a años luz de la madre que seré en febrero. Durante las primeras semanas parecía que todo eran imaginaciones mías, que estaba viviendo un sueño que podría acabar, e incluso me sentía incomprendida por querer cuidar mi alimentación o mi cuerpo.

Ahora la barriga es un hecho, los movimientos del bebé son reales, e incluso a nivel social algo ha cambiado: la gente me trata como a una embarazada (¡salvo en lo que a asientos de metro se refiere!). Además, al principio sentía que "yo estaba embarazada", ahora tengo más conciencia de que esto no es un estado "mío", sino que hay alguien diferente e independiente aquí dentro.

En resumen, en estas 20 semanas:
  • Al principio (entre la semana 4 y la 8) estaba obsesionada con estar manchando. Hasta el punto que un día vi una manchita de sangre en mi ropa interior, y acabamos en urgencias. A día de hoy creo que la culpa fue mía por no lavar bien las braguitas con agua fría y lejía el mes anterior.
  • He tenido algunos días de cansancio durante las semanas 9, 10 y 11. Pero desde la 15 estoy llena de energía. 
  • Me han salido varias "arañitas vasculares" en las piernas.
  • Creo que estoy sufriendo "un síndrome del nido" temprano (o envidia de Mamá Ciruela), porque he tenido la imperiosa necesidad de encontrar una casa un poquito mayor.   
  • He tenido que enfrentarme al cambio de decena en la báscula. He engordado 3 kilos, todos ellos concentrados en las últimas 5 semanas, y esto me asusta, la verdad.
  • En las últimas semanas he notado un aumento enorme de flujo.
  • Me siento bien con mi físico, los kilos han reducido las arruguitas de la cara, y el pelo brilla y abunda como nunca.
  • Gracias a sentir los movimientos desde hace ya algunos días, y a haber pasado por la eco de las 20 semanas, donde volvimos a ver a nuestra hija y nos dijeron que era una niña, hemos ganado conciencia del bebé.
Pese a todo, aún no puedo imaginarme mi vida dentro de otras 20 semanas...

lunes, 8 de octubre de 2012

¿Niño o niña? Desvelando el misterio

Como diría Baballa, perdonad que tire de esamarcaquenomepatrocina para dar la noticia:


Mil gracias a todas: AnnP, Opiniones Incorrrectas, Nuria, Yo misma, Amagicmother; Madi, Mamá Ciruela, Mo, Mi Alter Ego, Dunia,... porque escribí ese post ACOJONADA por todas las críticas que podían caerme ante un deseo tan infantil, y no sólo no me encontré críticas, sino que conseguisteis que pensara que tener preferencias es ¡hasta normal! o al menos no me tachaba de malísima pre-madre. 

¡GRACIAS!

miércoles, 3 de octubre de 2012

¿Niño o niña?

Por fin, por fin mañana tenemos la ecografía de las 20 semanas. Verán cada uno de sus pequeños aparatos y más pequeños órganos, contarán sus deditos (en la eco de las 12 semanas contaron sus extremidades, y ante nuestra sorpresa dijeron con total seriedad "cuatro extremidades: dos brazos y dos piernas"), comprobarán si crece con normalidad...y nos dirán si es niño o niña. En este momento todos los nuevos padres dicen "me da igual lo que venga, sólo me importa que venga bien".

Pues aquí tenéis a una futura madre con la progesterona que se le sale por las orejas, porque estoy llena de optimismo y energía. A esta futura madre que da por hecho que "todo va bien", sólo le interesa que mañana le desvelen el misterio.

Nota: repito que, supongo que por acción de las hormonas del embarazo, estoy en un momento hiper-optimista y la de que no todo vaya bien ni se me pasa por la cabeza.

Vaya por delante que deseo mucho, muchísimo a est@ hij@. por nada del mundo quisiera cambiar a mi feto por el de mis compañeras embarazadas ni por ningún otro. Lo quiero, sea niño o sea niña, pero me preocupa mi reacción si es un niño.


Toda la vida me he visto madre de niñas, de una o de dos, quizá de un chico y una chica... pero alguna niña había en mi imaginación. De hecho, cuando me enteré de que estaba embarazada daba por hecho que era una niña (luego empecé a mentalizarme) e incluso tengo nombres de niña buscados... y no de niño.

En mi opinión, los padres no estamos para recibir hijos maravillosos con preciosos tirabuzones rubios. Creo que elegimos ser padres como un acto de generosidad y de entrega absoluta, asumiendo que el hijo/a no viene a hacernos felices, sino a aprender (de nosotros) a serlo.

Por eso no me esperaba sentir nervios a menos de 24 horas de conocer algo que casi debería ser anecdótico de nuestr@ pequeñ@. Os parecerá (como me lo parece a mí) superficial, pero si os soy sincera, así me siento: algo asustada ante mi posible reacción... y algo decepcionada ante este pensamiento.


martes, 2 de octubre de 2012

Las primeras patadas

Pronto cumpliré las 20 semanas de embarazo y desvelaremos (espero) el misterio de si esperamos un hijo o una hija. Aunque es pronto, ya noto claramente los movimientos del bebé.

Durante la semana 15 tuve la sospecha de que "eso que notaba" podría ser el bebé. "Eso" sólo sucedía de noche, cuando me tumbaba en la cama después de cenar, y era realmente pronto para que una primeriza como yo ya tuviera algún tipo de sensaciones.



Los movimientos que yo creía que podrían ser del bebé continuaron durante la siguiente semana, pero fue el mismo día que cumplí 17 cuando constaté que aquello no eran mis intestinos ni ningún otro órgano... Habíamos estado dando un paseo por Palma de Mallorca, y decidimos cenar en un italiano estupendo. Me tomé un enorme plato de pasta riquísima y cuando terminamos cogimos el coche para volver a Sóller, donde estábamos alojados.

Pues fue al acostarme cuando "aquello" empezó a moverse "independientemente de mí". Y es que fue eso exactamente lo que más me sorprendió, creo que empecé a comprender que, aunque ahora seamos casi uno, somos seres diferentes y yo sólo soy su cuevita donde crecer y desarrollarse, donde estar seguro y donde ir ganando día a día la batalla hacia su individualidad.

Pero dejando los pensamientos filosóficos a un lado, cómo no se movería que le pedí a mi chico que pusiera la mano y notó que sí, que ahí estaba su bebé, pataleando o dándose de cabezazos o haciendo quien sabe qué... pero saludándole por primera vez.