Creo que todas estamos de acuerdo en que no nos gustan las miradas indiscretas cuando damos el pecho. Algunas, entre las que me incluyo, nos sentimos más cómodas evitando llamar la atención e intentamos que la teta no quede expuesta más allá del acto de enganche y desenganche del bebé.
Para sorpresa de muchas de las personas que me conocen, yo no necesito sentarme en la última esquina de una cafetería, me basta con no ponerme a la entrada o en un ventanal. Incluso me molestan las invitaciones de mi madre a dar la vuelta a la silla, ponerme de espaldas o cubrirme con su chaqueta, pañuelo o con cualquier cosa que pille por delante. Ni mucho menos necesito un delantal de lactancia.
Tengo la sensación de que estos delantales se han inventado para que el de enfrente se sienta cómodo y sinceramente, cuando doy el pecho a mi hija el de enfrente me importa un pimiento. Además en estos 4 meses de lactancia (nacional e internacional) las miradas incómodas han sido verdaderamente una excepción así que, ¿por qué cargar con más chismes? Pañales, toallitas, monedero, móvil, y el delantal, que no se me olvide... Además de que flaco favor hacemos a la sociedad actuando con tanta discreción que la gente pueda pasar por nuestro lado sin darse cuenta de que estamos dando el pecho. Así nunca se normalizará un acto que no puede ser relegado exclusivamente al ámbito privado (porque el bebé no entiende de horarios ni rutinas).
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| Imagen de Bebesentidos |
He leído por ahí que son chismes sin sentido, que son un invento de las tiendas para que si no compras biberones y leche en polvo, al menos te lleves tu delantal y tu sacaleches. Sin embargo yo conozco a dos mujeres que han utilizado delantales de lactancia y curiosamente tengo la sensación de que son mujeres a quienes la maternidad ha despertado una imperiosa necesidad de entrega a su bebé pero que simultáneamente quieren cumplir con todo lo que se espera de ellas. Son mujeres a quienes la maternidad ha revolucionado pero no quieren que eso trascienda a su ámbito social o laboral.
Eso me ha llevado a pensar que quizá la mujer que opta por utilizar un delantal se sentiría tan vulnerable dando el pecho públicamente que esa tela está protegiendo su lactancia. El delantal es algo así como un escudo frente a las miradas indiscretas, pero sobre todo frente a las opiniones ajenas.
Y tú, ¿utilizarías un delantal de lactancia?, ¿les encuentras sentido?



